Corría el año 1883 cuando Claude Monet divisó Giverny por primera vez desde la ventanilla de un tren. La serena belleza del lugar le cautivó, y pronto se mudó a una encantadora casa con un modesto jardín. No sabía que este tranquilo rincón de Francia se convertiría en su inspiración para toda la vida.
- El primer jardín de Monet: Al principio, el jardín de la casa de Monet era una simple huerta y un manzanar.
- Una visión transformada: Monet, apasionado tanto del arte como de la naturaleza, se puso rápidamente manos a la obra para transformar el espacio en un magnífico jardín de flores. Se convirtió en el legendario Clos Normand.