La Venus de Milo es una de las esculturas más reconocibles del mundo, pero no sólo porque le falten los brazos. Tallada entre 150 y 125 a.C., se cree que representa a Afrodita, la diosa griega del amor y la belleza.
Encontrada enterrada en la isla griega de Milos en 1820, estaba rota en pedazos, con los brazos perdidos para la historia. Sin embargo, su postura grácil y sus drapeados fluidos la convirtieron en un icono instantáneo de . Ahora, en el Museo del Louvre de París, sigue siendo una de las mayores atracciones del museo: obsérvala de cerca y decide por ti mismo qué la hace tan intemporal.