Lo creas o no, la Torre Eiffel nunca estuvo destinada a durar. Construido como exposición temporal para la Exposition Universelle de 1889, se programó su demolición al cabo de 20 años. Pero Gustave Eiffel tenía otros planes. La equipó con una antena de radio y un transmisor telegráfico sin hilos: hoy en día, sigue emitiendo programas de radio y televisión.