Las ventanas se diseñaron para que sirvieran de Biblia visual, narrando historias clave desde el Génesis hasta el Apocalipsis a través de 1.100 intrincadas escenas. En una época en que la mayoría de la gente era analfabeta, las vidrieras funcionaban como un medio vívido y accesible para enseñar la Biblia y reforzar las enseñanzas religiosas.