Cosas que debes saber antes de reservar tus entradas para el Cementerio del Père Lachaise
Entrada gratuita, pero no tan fácil de explorar
Aunque la entrada al Cementerio del Père Lachaise es gratuita, recorrer este laberinto de 44 hectáreas con más de un millón de tumbas no es tan sencillo como presentarse. Muchas tumbas, incluidas las de Jim Morrison y Oscar Wilde, están ocultas a plena vista, y los mapas por sí solos no te ayudarán a encontrarlas.
Para aprovechar al máximo tu visita, lo mejor es reservar un tour:
¿Qué tipo de tour te conviene más?
- Los tours guiados son ideales si quieres una experiencia estructurada. Sigue a un experto local por los principales monumentos y rincones ocultos mientras escuchas historias fascinantes sobre las personas enterradas aquí. Son tours para grupos pequeños (normalmente de 20 personas como máximo) y duran unas 2 horas.
- Los tours guiados privados son más íntimos y flexibles. Puedes elegir tu grupo, ideal para familias, parejas o aficionados a la historia, y explorar a tu propio ritmo con comentarios personalizados.
- Los tours autoguiados con audioguía son perfectos para los viajeros independientes. Descarga la aplicación móvil con GPS (disponible en 7 idiomas) antes de tu visita. Es válida durante un año, lo que te permite tomarte descansos, volver a visitarla o explorarla a tu aire.
Añade un toque a tu visita
¿Buscas algo un poco diferente? El Juego de Escape : ¿Quién mató a Víctor? convierte el cementerio en un patio de recreo para resolver misterios. En grupos de 2 a 15 personas, descubriréis pistas y desentrañaréis una trama de asesinato ficticia, todo ello mientras aprendéis historias reales sobre los habitantes del cementerio.
No hay taquilla in situ
No encontrarás un mostrador de venta de entradas en el Père Lachaise. Todas las experiencias deben reservarse por Internet con antelación.
¿Cuándo debes reservar?
Aunque no es necesario que reserves con meses de antelación, te recomendamos que reserves en con 3-5 días de antelación, especialmente en temporadas altas como primavera, verano o en torno al Día de Todos los Santos (1 de noviembre), cuando el cementerio atrae a grandes multitudes.