¿Merece la pena una excursión de un día de París a Brujas? Cuatro palabras: gofres, patatas fritas, cerveza y aventura.
Brujas, situada en el noroeste de Bélgica, es una ciudad que combina sin esfuerzo historia (arquitectura medieval), encanto (románticos canales) y riqueza cultural (deliciosa cocina local), lo que la convierte en un destino de visita obligada.
Desde explorar castillos hasta descubrir la fabricación de encajes; desde beber cerveza local hasta atiborrarse de cremosos chocolates; desde hacer turismo hasta navegar por los canales, Brujas promete ser una satisfactoria excursión de un día desde París.
Brujas es mágica todo el año, pero la primavera y principios del verano (de abril a junio) ofrecen un tiempo agradable y menos aglomeraciones. El invierno también es encantador, sobre todo durante los mercados de Navidad, cuando la ciudad se ilumina con decoraciones festivas.
El tren es la mejor forma de llegar a Brujas desde París; tarda 2,5 horas. Embarca en la Estación del Norte de París con destino a Bruselas-Midi (Bruselas) y, en Bruselas, haz transbordo en un tren IC local belga con destino a Brujas.
Sí, Brujas es una ciudad compacta, y puedes recorrer la mayoría de sus puntos más destacados en un día. Un itinerario bien planificado te permitirá explorar el centro histórico, hacer un tour en barco y disfrutar de la gastronomía local sin sentirte apurado.
Por supuesto. Brujas tiene algo para todos los gustos. A los niños les encantarán los paseos en barco por los canales, y las familias pueden explorar juntas los parques y lugares históricos. Es un destino ideal para los niños, con muchos espacios abiertos.
Brujas puede ser moderadamente cara, sobre todo en las zonas más turísticas, como el centro histórico; comer en restaurantes cercanos a la plaza Markt u optar por visitas guiadas puede resultar más caro. Sin embargo, hay muchas opciones económicas, como los restaurantes locales, la comida callejera y los recorridos gratuitos a pie.
Una leyenda popular es la que tuvo lugar en el Lago Minnewater, también conocido como Lago del Amor. Cuenta la leyenda que la hija de un marinero, Minna, murió en brazos de su amante, Stromberg, a orillas de este lago. La enterró bajo el lago para que las aguas sellaran para siempre su amor.
